Cada mañana, te levantas con ánimo de que la vida te de una nueva oportunidad, frente al espejo corriges tu sonrisa para empezar un nuevo día, te preparas, tienes que ser optimista, el camino es duro, no tienes que tirar las ilusiones. ¿Cuántas ilusiones han volado en dirección a la nada?, agradeces cada respiro, cada suspiro, te ofreces y ofreces, porque es tu forma de darle sentido a tu existencia, servir, darle forma a tus sueños es una buena forma y es lo que te han enseñado, con lo que te sientes realizada.
Un café calentito, un consejo, silencio necesario, un abrazo, una palmada, una conversación. Muchos han recibido de ti tu talento, tu tiempo, una oración, una palabra de aliento. Tu atención es el mejor regalo, cuanta necesidad de afecto, cuanta necesidad de cariño, das todo sin esperar nada a cambio. Repartes tu amor, tu ilusión, tus sueños, tu cariño inagotable, a ti misma.

Tu vida es un ejercicio continuo de generosidad, compartes, disfrutas, lo haces porque te lo pide tu interior y lo que tienes lo ofreces sin egoísmos, sin envidia, sin avaricia. Eres ejemplo, eres esencia divina. “Eres esencia de mujer”.

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